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Cómo limpiar la plancha

Cómo conservar la plancha perfecta.


Cuando queráis limpiar la superficie de la plancha, cúbrela con pasta de dientes y, a continuación, frotadla con un trapo de algodón. El acero quedará brillante como si fuera nuevo.

Por supuesto, también podéis comprar un limpiador de suelas de plancha que venden en las droguerías.

Si se os ha pegado algo en la suela de la plancha. (Rascar es una pésima idea).

Si por accidente se os ha pegado la plancha, no queráis quitar los restos directamente con un estropajo. Lo más probable es que rayéis el acero antiadherente. Tampoco uséis detergentes abrasivos.

Lo mejor es, con la plancha templada, restregar una vela por la zona en cuestión. Luego, panchad sobre un papel de estrasa. Ya veréis como se suelta lo pegado.

Otra opción es, con la plancha templada, poner sal fina de mesa en un papel de aluminio y planchar sobre ella. Los granitos irán soltando lo quemado pegado a la plancha. 

Para los cercos que mancha la suela del propio vapor de agua y el uso, haz una mezcla de sal y vinagre blanco (1/2 tacita de ambos). Aplica la pasta con un paño o esponja a la suela templada de la plancha. Espera que se seque. Frota el acero con la pasta reseca pero con suavidad. Veréis como se va la suciedad. 

Sea cual sea el método que uséis, después pasadle a la suela un paño húmedo con jabón neutro. 
Os quedará perfecta.

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